miércoles, 18 de noviembre de 2009

La mediacion pedagogica

Sin una buena comunicación no hay educación, y para que exista, los profesores deben de echar mano a sus recursos personales, psicológicos y pedagógicos, habar “el mismo idioma” de los alumnos y adaptase a ellos, (sin olvidar enseñar nuevas palabras claro, pero sin asumir que las conocen) además de fomentar el que ellos también participen en este proceso, dejar tiempo a la reflexión y los comentarios, si esto se logra entonces habrá una construcción de significados y un mejor aprendizaje.
Pero dentro de este proceso de comunicación no hay que dejar de lado la parte afectiva, ya que también es importante para el aprendizaje; dejar atrás la actitud del maestro insensible y mostrar afecto y empatía, valorando el esfuerzo y ganándonos la confianza de los alumnos con amabilidad y una mente abierta, hará que los alumnos sean más abiertos en sus comentarios, más confiados para participar y menos temerosos para disipar dudas.
Actualmente muchos de los problemas sociales, de actitud o de falta de valores son el resultado del abandono y del constante bombardeo de ciertos medios de comunicación, que nos dictan como comportarnos o vernos; que nos venden la idea de que tener es igual a ser feliz o que en ocasiones distraen nuestra atención de los problemas sociales, como cuando misteriosamente hay un partido de futbol el día que se devalúa el peso, tomar este tipo de ejemplos y hacer que los alumnos analicen el contenido de esa comunicación los vuelve perceptores críticos, capaces de asumir actitudes de no conformismo y de cambio.

Pero no se trata de satanizar a los medios de comunicación, sino de sacarle partido a sus aspectos positivos, cada tecnología tiene un periodo de adaptación y siempre existirán detractores; nosotros no podemos de darnos el lujo de ser parte de ellos, porque estaríamos renegando de la realidad de nuestros alumnos, debemos ser parte de las nuevas tecnologías y acortar la brecha generacional, de otra manera no podremos nunca ser guías activos en estos procesos de comunicación, de investigación o retroalimentación.
Un aspecto que me parece importante resaltar es que, dentro del proceso de comunicación en clase, el maestro, no es la fuente, (ni debe creerlo) y tener la humildad de dejarle claro a los alumnos que uno no lo sabe todo y que el conocimiento no es estático es importante, ya que las teorías avanzan y las fuentes son diversas; documentales, revistas especializadas, paginas de internet, libros, son fuentes de donde los alumnos pueden y deben complementar la información.
La tarea del docente es la de ser un buen mediador de la información, recomendar diversas fuentes, fomentar la investigación, desarrollar diversos materiales didácticos; tener claro que es lo que van a aprender en cada clase, para que nuestros alumnos, el destino de esa información sean verdaderos perceptores del proceso.
Personalmente creo que dentro de la ejemplificación del proceso de comunicación falta enunciar el ruido, que es algo con lo que todos los profesores lidiamos, y no solo el sonoro como el timbre de un celular a media clase, o el que estén platicando, sino también el ruido visual como cuando un material didáctico tiene un mal diseño o cuando el color de las paredes del salón afecta la atención de los alumnos.
Otro punto que tiene suma importancia en este proceso, es el de retroalimentación, ya que es cuando verificamos si los alumnos recibieron el mensaje; aunque durante el proceso tenemos señales de eso, como bostezos o sonrisas, resulta muy obvio decir que no basta con preguntarles - ¿entendieron?, ¿tienen dudas? sino corroborarlo, puede haber preguntas verbales, cuestionarios, juegos, exposiciones, debates, comentarios, etc.
Hasta ahora, fuente, mensaje, medio, ruido, canal y retroalimentación quedan claros, pero no podemos dejar pasar los códigos, ya que si no nos entendemos, no hay comunicación, y en el caso del aprendizaje no es suficiente hablar el mismo idioma, sino estar en la misma “sintonía”, usar la retórica (verbal y visual) para compartir los códigos, utilizando iconos, índices, símbolos, metáforas, sinécdoques, ironías, dibujos, analogías, esquemas, anécdotas, ejemplos cotidianos como noticias, películas, comerciales, todo lo que sea necesario para poder comunicar de manera eficaz, para que el mensaje sea entendido y no solamente “captado”; además, debemos tomar en cuenta que todo tiene un significado, y todo afecta a este proceso, las palabras y el volumen de las mismas, los silencios, la apariencia, el manejo del espacio, los gestos, lo que escribimos y como lo escribimos, no es suficiente hacer un audiovisual sino que el diseño sea bueno, no basta presentar una película vinculada con el tema a estudiar sino que ésta sea interesante (para los alumnos), no basta hacer un blog, sino hacerlo atractivo para que sea visitado y aprovechado, la suma de todos los detalles es la que hace que los alumnos categoricen la clase como aburrida, dinámica, divertida o insufrible.
Pero no estamos solos, las nuevas tecnologías abren el espectro de canales de comunicación lo cual permite aprender aun cuando no estamos en el mismo lugar al mismo tiempo; la necesidad de externar una queja, hacer un comentario o disipar una duda no siempre se da en el salón de clase; quizás a la hora de resolver una tarea o de investigar un contenido es cuando surgen, o tal vez la personalidad de ciertos alumnos hacen que su participación no sea tan frecuente; entonces tener espacios alternos ayudan a la comunicación y al aprendizaje.
Debemos ser consientes y hacer consientes a los demás que hoy más que nunca cada cabeza es un mundo; que tenemos el derecho a ser diferentes, ya que debido a los medios de comunicación, la migración, el comercio y demás factores, somos parte de una sociedad pluri-cultural, en donde el respeto y la tolerancia deben de prevalecer y donde la comparación y el análisis de diversas culturas pueden ser parte de la didáctica de las clases.
Solo así el esfuerzo de la mediación pedagógica demostrará muestra preocupación por el otro, y este otro pueden ser nuestros alumnos o grupos de personas de otras culturas a las que nos estemos refiriendo, transmitir estos valores y cuidar todos estos aspectos ayudan a que los alumnos se apropien del conocimiento impartido, del conocimiento del mundo y del conocimiento de si mismos.
Los salones de clases son pues, entes con diversos niveles de comunicación que sea dan a veces al mismo tiempo, entre el profesor y los alumnos, entre los alumnos, los contenidos, los medios, los materiales, el ruido, la asignatura etc., por lo tanto los profesores deben tener bien claro que, para que el alumno reflexione y llegue a sus propias conclusiones del tema, se deben crear las condiciones para descubrir y reflexionar, no solo para memorizar, por lo tanto es necesario tener tiempo para la experimentación ya que cuando comprobamos las teorías nos apropiamos del conocimiento, luego entonces la labor del maestro es la de comunicar, impartir, explicar, preguntar, animar, dinamizar, hablar, escuchar, entre otras muchas cosas que permitirá que este proceso de comunicación se lleve a cabo de manera adecuada.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

concepciones de aprendizaje

Concepciones de aprendizaje congruentes con el enfoque por competencias.
Considerando los conceptos de aprendizaje, y en particular la concepción descrita en el documento de Pere Marqués. UAB, 1999, considero que las que más congruencia tienen con el enfoque por competencias son:
El Aprendizaje por descubrimiento desarrollado por J. Bruner, quien atribuye a esta perspectiva una gran importancia a la actividad de los estudiantes con la realidad, y en particular a la ley de la experimentación directa sobre la realidad, que hace referencia a la aplicación práctica de los conocimientos y su transferencia a diversas situaciones;

El Constructivismo de J Piaget, quien en sus estudios elaboró un modelo explicativo del desarrollo de la inteligencia a partir de la adaptación del individuo al medio, y que se plantea en su ley de la construcción del propio conocimiento mediante la interacción constante del medio…. Y que establece que los estudiantes comprenden mejor cuando están envueltos en tareas y temas que cautivan su atención.
Socio-constructivismo basado en muchas ideas de Vigotski quien considera los aprendizajes como un proceso personal en construcción de nuevos conocimientos a partir de los saberes previos pero inseparable de la situación en la que se produce, y en especial en el aspecto de la importancia de la interacción social, al considerar que aprender es una experiencia social donde el contexto es muy importante… y el aprendizaje colaborativo y el aprendizaje situado que destacan que todo aprendizaje tiene lugar en un contexto en el que sus participantes negocian los significados…
Al analizar la concepción reciente de las competencias al considerarlas como “el conjunto de conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes que debe lograr el aprendiz en su proceso formativo y posteriormente de desempeño que le permita incorporarse eficientemente a la sociedad, tanto en las actividades laborales como de desarrollo humano (comunicación, socialización, morales, etc.”
Encuentro congruencias de estas concepciones del aprendizaje con el enfoque por competencias en que en ambos casos pretenden incorporar al individuo eficientemente a la sociedad, tanto en las actividades laborales como de desarrollo humano (comunicación, socialización, morales, etc.

El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?

El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?
Definitivamente no, el aprendizaje no se puede medir en base a simples preguntas y contenidos cualesquiera, esto no se daría ni con una educación conductista, ya no utilizada ni recomendable en nuestra práctica educativa. Se entiende como aprendizaje educativo al proceso que realizan los estudiantes para conseguir el logro de los fines educativos que pretenden y se desarrolla en un contexto social y cultural, que se produce a través de un proceso de interiorización en el que cada estudiante concilia los nuevos conocimientos en sus estructuras cognitivas previas. Ahora los contenidos son conceptuales, cognitivo-factual, procidimiental y valorar, estos contenidos forman parte de un currículo, que es el conjunto de objetivos, contenidos, métodos, experiencias y procesos de evaluación de un plan educativo que se organiza y lleva a cabo con la finalidad de desarrollar determinadas competencias en las personas que lo siguen.
Esta aseveración se ve sustentada en la reflexión de la lectura de Xavier Vargas Beal, la cual nos muestra la problematización en que la nueva exigencia educativa es: desarrollar competencias y hacerlo a partir de aprendizajes significativos y situados en la realidad. Donde el interés principal al desarrollar la investigación fue el de resolver la pregunta ¿Cuál es la relación estructural entre el desarrollo de las competencias y el aprendizaje significativo y situado? Para el estudio especifico: la construcción del conocimiento, y el objeto socio-profesional concreto: los procesos de enseñanzas-aprendizaje en el nivel de educación superior.
En el proceso enseñanza aprendizaje la acción es el corazón, porque en ella la construcción del conocimiento se garantiza poner en conflicto cognitivo la organización de los esquemas de entendimiento de la realidad que todo estudiante tiene como estructura fundamental para orientar su propia adaptación a la vida, también en la acción es que el estudiante opta por un modo de estar en el mundo al aprehenderlo con “h”, al apropiarse de él de un modo especifico y el conocimiento tome un sentido singular y propio para cada estudiante.
Para el desarrollo de competencias Xavier Vargas Beal deja claro que no se debe confundir las del ámbito empresarial con las competencias educativas, el desarrollar competencias no significa ser competente en alguna tarea en particular, que es lo que se pretende cuando se capacita a un empleado, en el enfoque educativo va más allá de preparar o capacitar a los alumnos en algo, y mientras no nos quede claro, es en vano la construcción de programas basados en competencia. También aclarar que ser competente es diferente que ser competidor, aquí el segundo está inmerso en ganar o perder, y el ser competente refiere a unas capacidades que aun siendo operativas, se encuentran articuladas sustantivamente con distintas formas del saber.
Aclara que todo aprendizaje es significativo para el estudiante, aunque en distinto grado, en tanto son aprenhendizajes con “h”, al desarrollar competencias por las mismas razones que se desarrollaron estas, se desarrollan otras competencias igualmente significativas mediante las cuales el estudiante resuelve su realidad personal. Del aprendizaje situado, se refiere que, situar el aprendizaje tiene un aspecto inter-psicológico de practica socio-profesional en tanto que tal aprendizaje se sitúa en un espacio problemático concreto de la profesión, cognitivamente hablando en el interés personal y en la zona de desarrollo próximo del estudiante.
Se concluye que siempre debe existir la relación estructural entre el desarrollo de las competencias, el aprendizaje significativo y el aprendizaje situado, y que la competencia es la capacidad para movilizar saberes en un contexto determinado en la acción y con éxito, para satisfacer necesidades, atender situaciones, resolver problemas, tomar decisiones y/o lograr objetivos.
Saber conocer y saber hacer resuelve la tarea humana de saber el qué y el cómo, pero para resolver social y éticamente con quién y para qué, se necesita saber convivir y saber ser, para atender los valores de la humanización y atender reflexivamente la dirección socio-evolutiva de la especie. Gracias por su atención y reciban un cordial saludo.

jueves, 15 de octubre de 2009

los saberes de mis estudiantes

En la actualidad el desenvolvimiento de los alumnos en un mundo de tecnología, lo que hacen y el uso en interactividad de estos con los diversos ambientes tecnológicos, un mundo en que hasta hace poco tiempo no estábamos enterados que existiera y que a nosotros los docentes, en nuestro tiempo de estudiantes no nos tocó vivir todavía, así como el dicho político dice “el que no tranza, no avanza”; podemos adaptarlo a la actualidad diciendo “el que no usa la tecnología no avanza”, que aunque no rima pero si es una realidad; y las generaciones actuales desde los niños en edad preescolar hasta los estudiantes de nivel medio superior utilizan las nuevas tecnologías digitales en forma de gadgets o aparatos tecnológicos como videojuegos, Ipods o mp3’s, teléfonos celulares, walkmans, notebooks, etc. Aunque o debemos de generalizar en cuanto a lo anterior ya que hay algunos estudiantes que por su condición económica, no tienen fácil acceso a algunos los aparatos mencionados anteriormente, y aquí es donde viene nuestro reto de tratar de que las nuevas tecnologías lleguen a la mayoría de nuestros estudiantes, y nos podemos preguntar ¿Cómo?, la respuesta no es sencilla y en el caso de mi plantel estamos trabajando en ello, ya que actualmente el promedio de alumnos por computadora es de 4 y este año se piensa mejorar en 3, aparte de el propósito de dotar a cada aula con equipo necesario como computadora, pantalla y cañón proyector. Es bueno el anterior reto pero lo primero que debemos enseñar al alumno es el uso ético de los recursos, la responsabilidad en el uso de ellos y el respeto a los demás.
Los alumnos que tienen acceso a la tecnología comentan que la mayoría la utiliza para el entretenimiento, diversión, socialización, intercambio de videos y música, pero para el estudio, lo mínimo que pueda utilizarse, aunque en la actualidad se van incrementando el número de maestros que encargan su tarea por Internet al correo del maestro, o la utilización de páginas como hotpotaoes o webquest para desarrollar trabajos o para consulta de algún tipo; los estudiantes no se han dado cuenta de la potencialidad que existe en el uso de la tecnología y lo fácil que es el acceso a ella en cuanto a su uso didáctico, la mayoría piensa como dije anteriormente en su uso trivial como las páginas de de hi5, Facebook, Sonic, UNIK beta, metroflog, en las cuales solicitan a sus amigos que les firmen o sea que los saluden en forma continua; intercambian fotos, ideas, música, etc. Lo que noté al meterme en éstas páginas es que el que se mete para saludar o el dueño de la página utilizan un lenguaje que no va de acuerdo a las reglas ortográficas, pues a veces usas la k para todo o palabras incompletas según ellos para ahorrar tiempo y espacio. Pero para algunos es importante el uso de las páginas de compraventa como mercado libre en donde pueden comprar o vender aparatos tecnológicos de forma fácil y barata y sobre todo rápida.
En cuanto a la interacción instantánea con los demás, ahora es fácil según ellos porque por medio del Messenger puedes interactuar con tus amigos en el mismo momento de la acción y si tienes cámara mejor. También existen algunas páginas de temas diversos del gusto de los alumnos como algunas tribus urbanas como los darketos, góticos, punketos, skatos, etc. que ofrecen la oportunidad de intercambio instantáneo en sus páginas; los blogs es otra manera de intercambiar ideas, existen páginas que te enseñan a diseñar tu blog y propicia de manera inmediata la socialización con los demás, ya el uso que nosotros los docentes propiciemos de lo anterior es importante para el conocimiento de los alumnos. Algunos sueñan con más avance de esta tecnología como el sentir físicamente que la persona con la que estés interactuando esté a tu lado y olerla si se puede, suena descabellado, pero ya hay algunos inventores de lo anterior. Pero hablando académicamente ellos lo que quieren es que les faciliten el trabajo de investigación y tener todo a su disposición sin mucho trabajo.
De todo lo anterior es importante ir dosificando al alumno la importancia del uso de las tecnologías para su aprovechamiento académico y su crecimiento personal en beneficio propio y de la sociedad.
La estrategia que sugieren para aprovechar los saberes en el aula es que se compartan conocimientos, ya que la mayoría de ellos es muy egoísta y que ésas páginas que se usan ahora para intercambios personales se usen para la tareas y para compartir conocimiento, que si encontraron una página interesante que sirva para alguna materia, darla a conocer e intercambiarla con los demás, si se trata de fotos propiciar el intercambio de fotos interesantes para sus tareas, etc. Propiciar el buen uso del lenguaje ya que aceptar que se va deteriorando el uso correcto del español al utilizar contracciones, palabras incompletas y mal escritas. Que los maestros de cada materia propicien el uso adecuado de las nuevas tecnologías y se evite el plagio, que se creen comunidades que se respeten y crezcan en los valores que les han inculcado en su familia y escuela.

martes, 13 de octubre de 2009

Mi confontación con la docencia

Los facilitadores que estamos frente a grupo tenemos los conocimientos teórico – prácticos propios profesión de la cual nos titulamos, sin embargo carecemos de una formación psicopedagógica con nos oriente para hacer llegar el proceso enseñanza aprendizaje de una manera clara a nuestros estudiantes, es por ello que es nuestro deber actualizarnos, para así contribuir al desarrollo de nuestros alumnos y una manera de hacerlo es este tipo de especializaciones, esta especialización en particular consta de tres módulos que son:
1. Práctica docente y Reforma Integral del Bachillerato
2. Planeación, mediación pedagógica y estrategias didácticas para la Educación Media Superior.
3. Evaluación, diseño de ambientes de aprendizaje y propuesta de intervención.
Cada uno de estos módulos trae consigo varias unidades que nos encaminaran el enriquecimiento de nuestra labor docente. Aunado a esto el curso propedéutico con sus distintas actividades desarrolladas para interactuar de manera continua con nuestros compañeros de grupo, es sumamente gratificante porque compartes experiencias, opiniones, etc. que nos sirven para ampliar nuestro quehacer docente; cabe resaltar las distintos tutoriales que nos ayudan a cada momento para cumplir con las tareas encomendadas.

Mi aventura de ser docente

Tras veinticinco años de recorrido profesional, el autor afirma que se aprende a ser profesor por ensayo y por error. En el camino deben sortearse distintas dificultades, como elaborar tu propia identidad profesional, dominar las técnicas básicas para ser un buen interlocutor, resolver el problema de la disciplina y adaptar los contenidos al nivel de conocimiento del alumnado.

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La enseñanza es una profesión ambivalente. En ella te puedes aburrir soberanamente, y vivir cada clase con una profunda ansiedad; pero también puedes estar a gusto, rozar cada día el cielo con las manos, y vivir con pasión el descubrimiento que, en cada clase, hacen tus alumnos[R1] .

Como casi todo el mundo, yo me inicié en la enseñanza con altas dosis de ansiedad; quizás porque, como he escrito en otra parte, nadie nos enseña a ser profesores y tenemos que aprenderlo nosotros mismos por ensayo y error. Aún me acuerdo de mi primer día de clase: toda mi seguridad superficial se fue abajo al oír una voz femenina a mi espalda: “¡Qué cara de crío. A éste nos lo comemos!”. Aún me acuerdo de mi miedo a que se me acabara la materia que había preparado para cada clase, a que un alumno me hiciera preguntas comprometidas, a perder un folio de mis apuntes y no poder seguir la clase... Aún me acuerdo de la tensión diaria para aparentar un serio academicismo, para aparentar que todo estaba bajo control, para aparentar una sabiduría que estaba lejos de poseer...

Luego, con el paso del tiempo, corrigiendo errores y apuntalando lo positivo, pude abandonar las apariencias y me gané la libertad de ser profesor: la libertad de estar en clase con seguridad en mí mismo, con un buen conocimiento de lo que se puede y lo que no se puede hacer en una clase; la libertad de decir lo que pienso, de ensayar nuevas técnicas para explicar un tema, de cambiar formas y modificar contenidos. Y con la libertad llegó la alegría: la alegría de sentirme útil a los demás, la alegría de una alta valoración de mi trabajo, la alegría por haber escapado a la rutina convirtiendo cada clase en una aventura y en un reto intelectual.

Pensar y sentir

El camino y la meta me los marcó Unamuno en una necrológica de Giner de los Ríos, leída por azar en el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza: “Era tan hombre y tan maestro, y tan poco profesor -el que profesa algo-, que su pensamiento estaba en continua y constante marcha, mejor aun, conocimiento... y es que no escribía lo ya pensado, sino que pensaba escribiendo como pensaba hablando, pensaba viviendo, que era su vida pensar y sentir y hacer pensar y sentir”.

”Era su vida pensar y sentir y hacer pensar y sentir”... Miguel de Unamuno y su preocupación por enlazar pensamiento y sentimiento... Nunca encontré una mejor definición del magisterio: dedicar la propia vida a pensar y sentir, y a hacer pensar y sentir; ambas cosas juntas. Muchos colegas coinciden en este punto. Mª Carmen Díez, desde la escuela primaria, expresa así su visión actual de la enseñanza: “ahora entiendo la escuela como un sitio adonde vamos a aprender, donde compartimos el tiempo, el espacio y el afecto con los demás; donde siempre habrá alguien para sorprenderte, para emocionarte, para decirte al oído algún secreto magnífico”. Fernando Corbalán, un profesor de secundaria, tras hablarnos de que en clase tenemos que divertirnos, buscar el ansia de saber y propiciar una atmósfera de investigación, concluye: “Y no se piense que sólo se abre la mente a los alumnos. También la del profesor se expande y se llena de nuevos matices y perspectivas más amplias, y funciona la relación enriquecedora en los dos sentidos. Mi experiencia, al menos, me dice que algunos de los juegos y problemas con los que he disfrutado, y que sigo utilizando, han tenido su origen en la dinámica de la clase... Y cuando se crea esa atmósfera mágica en clase, con los fluidos intelectuales en movimiento, pocas actividades hay más placenteras”.

Hace tiempo, descubrí que el objetivo es ser maestro de humanidad. Lo único que de verdad importa es ayudarles a comprenderse a sí mismos y a entender el mundo que les rodea. Para ello, no hay otro camino que rescatar, en cada una de nuestras lecciones, el valor humano del conocimiento. Todas las ciencias tienen en su origen a un hombre o una mujer preocupados por desentrañar la estructura de la realidad. Alguien, alguna vez, elaboró los conocimientos del tema que explicas, como respuesta a una preocupación vital. Alguien, sumido en la duda, inquieto por una nueva pregunta, elaboró los conocimientos del tema que mañana te toca explicar. Y ahora, para hacer que tus alumnos aprendan la respuesta, no tienes otro camino más que rescatar la pregunta original. No tiene sentido dar respuestas a quienes no se han planteado la pregunta; por eso, la tarea básica del docente es recuperar las preguntas, las inquietudes, el proceso de búsqueda de los hombres y mujeres que elaboraron los conocimientos que ahora figuran en nuestros libros. La primera tarea es crear inquietud, descubrir el valor de lo que vamos a aprender, recrear el estado de curiosidad en el que se elaboraron las respuestas[R2] . Para ello hay que abandonar las profesiones de fe en las respuestas ordenadas de los libros, hay que volver las miradas de nuestros alumnos hacia el mundo que nos rodea y rescatar las preguntas iniciales obligándoles a pensar.

Cada día, antes de explicar un tema, necesito preguntarme qué sentido tiene el que yo me ponga ante un grupo de alumnos para hablar de esos contenidos, qué les voy a aportar, qué espero conseguir. Y luego, cómo enganchar lo que ellos saben, lo que han vivido, lo que les puede preocupar, con los nuevos contenidos que voy a introducir. Por último me lanzo un reto: me tengo que divertir explicándolo, y esto es imposible si cada año repito la explicación del tema como una salmodia, con la misma gracia en el mismo sitio y los mismos ejemplos; llevo treinta años oyéndome explicar los temas, en algunas ocasiones, repitiéndolos dos o tres veces en distintos grupos; he calculado que me jubilo el año 2.021 y estoy seguro de que moriré de aburrimiento si me oigo año tras año repitiendo lo mismo, con mis papeles cada vez más amarillos y los rebordes carcomidos. La renovación pedagógica, para mí, es una forma de egoísmo: con independencia del deseo de mejorar el aprendizaje de mis alumnos, la necesito como una forma de encontrarme vivo en la enseñanza, como un desafío personal para investigar nuevas formas de comunicación, nuevos caminos para hacer pensar a mis alumnos... “pensaba hablando, pensaba viviendo, que era su vida pensar y sentir y hacer pensar y sentir...” Desde esta perspectiva, la enseñanza recupera cada día el sentido de una aventura que te rescata del tedio y del aburrimiento, y entonces encuentras la libertad de expresar en clase algo que te es muy querido[R3] . Inmediatamente recibes la respuesta: cien alumnos pican el anzuelo de tu palabra y ya puedes dejar correr el sedal, modulas el ritmo de tu explicación a la frecuencia que ellos emiten con sus gestos y sus preguntas, y la hora se pasa en un suspiro -también para ellos-. Y entonces descubres la alegría: ese momento de magia te recompensa las horas de estudio y te hace sentirte útil en la enseñanza.

No hay mejor regalo de los dioses que encontrar un maestro. A veces tenemos la fortuna de encontrar a alguien cuya palabra nos abre horizontes antes insospechados, nos enfrenta con nosotros mismos rompiendo las barreras de nuestras limitaciones; su discurso rescata pensamientos presentidos que no nos atrevíamos a formular, e inquietudes latentes que estallan con una nueva luz. Y, curiosamente, no nos sentimos humillados por seguir el curso de un pensamiento ajeno; por el contrario, su discurso nos libera y nos ensancha creando en nosotros un juicio paralelo con el que reestructuramos nuestra forma de ver la realidad; y luego, extinguida la palabra, aún encontramos los ecos que rebotan en nuestro interior obligándonos a ir más allá, a pensar por nuestra cuenta, a extraer nuevas conclusiones que no estaban en el discurso original... Este es el objetivo: ser maestros de humanidad... a través de las materias que enseñamos, o quizás, a pesar de las materias que enseñamos; recuperar y transmitir el sentido de la sabiduría; rescatar para nuestros alumnos, de entre la maraña de la ciencia y la cultura, el sentido de lo fundamental permitiéndoles entenderse a sí mismos y explicar el mundo que les rodea.

Las dificultades

He hablado de mis precarios inicios en la enseñanza, y de mi visión actual tras treinta años de recorrido profesional; pero, para ayudar a otros a recorrer el mismo camino, tengo ahora que hablar del proceso intermedio, e, inevitablemente, de las dificultades a sortear.

Identidad profesional

El primer problema consiste en elaborar tu propia identidad profesional. Esto implica cambiar tu mentalidad, desde la posición del alumno que siempre has sido, hasta descubrir en qué consiste ser profesor. Y aquí aparecen los primeros problemas, porque hay enseñantes que no aceptan el trabajo de ser profesor[R4] . Las dificultades suelen ser distintas entre los profesores de primaria respecto a los de secundaria.

Entre los de primaria el peor problema es la idealización: la formación inicial que han recibido suele repetir con insistencia lo que el buen profesor “debe hacer”, lo que “debe pensar” y lo que “debe evitar”; pero nadie les ha explicado, en términos prácticos, cómo actuar, cómo enfocar los problemas de forma positiva y cómo eludir las dificultades más comunes. Han aprendido contenidos de enseñanza, pero no saben cómo organizar una clase, ni cómo ganarse el derecho a hacerse oír. Así, se les ha repetido hasta la saciedad la importancia de la motivación para el aprendizaje significativo: “el buen profesor debe motivar a sus alumnos”; pero nadie se ha preocupado de que aprendieran de forma práctica diez técnicas específicas de motivación. Pese a que una de las principales tareas a desarrollar en su trabajo será la enseñanza de la lectura y la escritura, muy pocas diplomaturas de maestro incluyen un curso de lectoescritura, mientras que es frecuente que se dediquen cursos enteros al aprendizaje de la fonética.

Por estos caminos, al llegar al trabajo práctico en la enseñanza, el profesor novato se encuentra con que tiene claro el modelo de profesor ideal, pero no sabe cómo hacerlo realidad. Tiene claro lo que debería hacer en clase, pero no sabe cómo hacerlo. “El choque con la realidad” dura dos o tres años; en ellos el profesor novato tiene que solucionar los problemas prácticos que implica entrar en una clase, cerrar la puerta y quedarse a solas con un grupo de alumnos.

En este aprendizaje por ensayo y error, uno de los peores caminos es el de querer responder al retrato robot del “profesor ideal”; quienes lo intentan descubren la ansiedad de comparar, cada día, las limitaciones de una persona de carne y hueso con el fantasma etéreo de un estereotipo ideal. Desde esta perspectiva, si las cosas salen mal es por que yo no valgo, por que yo no soy capaz de dominar la clase; y, de esta forma, los profesores novatos se ponen a sí mismos en cuestión, y, a veces, cortan los canales de comunicación con los compañeros que podrían ayudarles: ¿cómo reconocer ante otros que yo tengo problemas en la enseñanza, si el “buen profesor” no “debe” tener problemas en clase? Como señala el artículo de Fernández Cruz, la identidad profesional se alcanza tras consolidar un repertorio pedagógico y tras un periodo de especialización, en el que el profesor novato tiene que volver a estudiar temas y estrategias de clase, ahora desde el punto de vista del profesor práctico y no del estudiante de magisterio.

Entre los profesores de secundaria, el problema de la identidad profesional es mucho más grave. Como señala Fernando Corbalán: “la inmensa mayoría de los profesores de secundaria nunca tuvimos una vocación clara de enseñantes... Estudiamos una carrera para otra cosa (matemático profesional, químico, físico,...)”. En efecto, nuestros profesores de secundaria se forman en unas Facultades universitarias de Ciencias y Letras que, ni por asomo, pretenden formar profesores. En ellas predomina el modelo del investigador especialista. Como resultado de este modelo, el profesor que llega al Instituto para explicar Geografía e Historia, y, con un poco de mala suerte un curso suelto de Ética, se identifica a sí mismo como “medievalista”, ya que, durante los últimos cinco años de su vida, la Universidad le ha insistido en la necesidad de estudiar Paleografía, Epigrafía y Numismática, Latín y Árabe para acceder a los documentos medievales, y se le ha iniciado en el trabajo de Archivo, centrándole en una época histórica muy determinada y permitiéndole olvidar el resto de la historia. Al parecer, nadie se ha puesto a pensar en el problema de identidad que sobreviene a nuestro medievalista cuando se enfrenta a una clase bulliciosa de treinta adolescentes en una zona rural o en un bario conflictivo. El sentimiento de error y de autoconmiseración se apodera de nuestro nuevo profesor. El es un investigador, un medievalista, ha pasado dos veranos en el archivo de Simancas preparando su Tesina entre documentos originales que él es capaz de descifrar... ¿por qué le obligan ahora a enseñar Historia General, que no es lo suyo, y, de paso Geografía y Ética? Y, además, descubre horrorizado que los alumnos no tienen el menor interés por la Historia, y que temas claves de su especialidad -como el apasionante tema de su tesina- se despachan con dos párrafos en el libro de texto.

Para colmo, nuestro futuro profesor de secundaria se da cuenta de que no sabe cómo organizar una clase, cómo lograr un mínimo orden que permita el trabajo y cómo ganarse la atención de los alumnos. Aquí, el problema de perfilar una identidad profesional estable pasa por un auténtico proceso de reconversión, en el que el elemento central consiste en comprender que la esencia del trabajo del profesor es estar al servicio del aprendizaje de los alumnos. ¡Qué duro resulta comprender esto a la mayor parte de nuestros profesores de secundaria y de Universidad! Ellos son investigadores, especialistas, químicos inorgánicos o físicos nucleares, medievalistas o arqueólogos, ¿por qué van ellos a rebajar sus niveles de conocimientos a la mentalidad de treinta adolescentes bárbaros? ¡Hay que mantener el nivel! -gritan exaltados-, y ello significa, en la práctica, que dan clase para dos o tres privilegiados, mientras el resto de los alumnos van quedando descolgados. Y además, hasta el fin de sus días, vivirán la enseñanza rumiando la afrenta de que la sociedad les obligue a abandonar el Olimpo de su investigación para mantener contacto un grupo de adolescentes.

Por contra, algunos profesores consiguen estar a gusto en su trabajo, y descubren que esto pasa, necesariamente, por una actitud de servicio hacia los alumnos, por el reconocimiento de la ignorancia como el estado inicial previsible, por aceptar que la primera tarea es encender el deseo de saber, por aceptar que el trabajo consiste en reconvertir lo que sabes para hacerlo accesible a un grupo de adolescentes... Un viejo maestro me decía que, enseñar al que no sabe está catalogado, oficialmente, entre las obras de misericordia; y, en efecto, hace falta un cierto sentido de la humildad para aceptar que tu trabajo consiste en estar a su servicio, en responder a sus preguntas sin humillarlos, en esperar algunas horas en tu despacho por si alguno quiere una explicación extra, en buscar materiales que les hagan asequible lo esencial, y en recuperar lagunas de años anteriores para permitirles acceder a los nuevos conocimientos. Lo único verdaderamente importante son los alumnos... Esa enorme empresa que es la enseñanza no tiene como fin nuestro lucimiento personal, nosotros estamos allí para transmitir la ciencia y la cultura a las nuevas generaciones, para transmitir los valores y las certezas que la humanidad ha ido recopilando con el paso del tiempo, y advertir a las nuevas generaciones del alcance de nuestros grandes fracasos colectivos. Esa es la tarea con la que hemos de llegar a identificarnos.

Comunicación e interacción

El segundo problema a solucionar para ganarse la libertad de estar a gusto en clase hace referencia a nuestro papel de interlocutor. Un profesor es un comunicador, es un intermediario entre la ciencia y los alumnos, que necesita dominar las técnicas básicas de la comunicación. Además, en la mayor parte de los casos, las situaciones de enseñanza se desarrollan en un ámbito grupal, exigiendo de los profesores un dominio de las técnicas de comunicación grupal. Por tanto, ese proceso de aprendizaje inicial, que ahora se hace por ensayo y error, implica entender que una clase funciona como un sistema de comunicación e interacción[R5] .

Una buena parte de las ansiedades y los problemas de los profesores debutantes se centran en este ámbito formal de lo que se puede y lo que no se puede decir o hacer en una clase. El profesor novato descubre enseguida que, además de los contenidos de enseñanza, necesita encontrar unas formas adecuadas de expresión, en las que los silencios son tan importantes como las palabras, en las que el uso de una expresión castiza puede ser simpático o hundirnos en el más espantoso de los ridículos. El problema no consiste sólo en presentar correctamente nuestros contenidos, sino también en saber escuchar, en saber preguntar y en distinguir claramente el momento en que debemos abandonar la escena. Para ello hay que dominar los códigos y los canales de comunicación, verbales, gestuales y audiovisuales; hay que saber distinguir los distintos climas que crean en el grupo de clase los distintos tonos de voz que el profesor puede usar: un tono grave y pausado induce al grupo a la reflexión, mientras que si queremos animar un debate debemos subir algo el tono de voz... etc.

Los profesores experimentados saben qué lugar físico deben ocupar en una clase, dependiendo de lo que ocurra en ella; saben interpretar las señales gestuales que emiten los alumnos para regular nuestro ritmo de clase, y el dominio de éstas y otras habilidades de comunicación requiere entrenamiento, reflexión y una constante actitud de autocrítica para depurar nuestro propio estilo docente. Al final, conseguimos ser dueños de nuestra forma de estar en clase, conseguimos comunicar lo que exactamente queremos decir, y logramos mantener una corriente de empatía con nuestros alumnos.

Disciplina

Otro obstáculo serio a superar, quizás el que genera en los novatos la mayor ansiedad, es el problema de la disciplina. En realidad, es un problema muy unido a nuestros sentimientos de seguridad y a nuestra propia identidad como profesores. En este tema he visto de todo: desde colegas que entran el primer día en clase pisando fuerte, con aires de matón de barrio, porque alguien les ha dado el viejo consejo de que no pueden sonreír hasta Navidad, hasta colegas desprotegidos e indefensos incapaces de soportar el más mínimo conflicto personal. Entre esos dos extremos que van desde la indefensión hasta las respuestas agresivas, el profesor tiene que encontrar una forma de organizar a la clase para que trabaje con un orden productivo. Y, en cuanto comienza a hacerlo, descubre que esto tampoco se lo han enseñado. Se supone que el “buen profesor” debe saber organizar la clase, pero en pocas ocasiones se le ha contado al futuro profesor dónde está la clave para que el grupo funcione sin conflictos.

El viejo supuesto, según el cual, “para enseñar una asignatura lo único realmente importante es dominar su contenido” encuentra en este campo su negación más radical. Entonces, el profesor descubre que debe atender otras tareas distintas a las de enseñar: tiene que definir funciones, delimitar responsabilidades, discutir y negociar los sistemas de trabajo y de evaluación hasta conseguir que el grupo trabaje como tal. Y esto requiere una atención especial, a la que también hay que dedicar un cierto tiempo. El razonamiento y el diálogo son las mejores armas, junto con el convencimiento de que los alumnos no son enemigos de quienes tienes que defenderte[R6] . Mi experiencia me dice que los alumnos son seres esencialmente razonables; es posible que, si te dejas, intenten llevarte al huerto y bajar algo tus niveles de exigencia, pero si la razón te asiste y en ella fundas tu propia seguridad, los alumnos saben descubrir muy bien cuáles son los límites.

Contenidos y niveles

Por último, nos queda el problema de adaptar los contenidos de enseñanza al nivel de conocimientos de los alumnos. El profesor novato tiene que entender que ha dejado la Universidad, tiene que desprenderse de los estilos académicos del investigador especialista, y adecuar su enfoque de los conocimientos para hacerlos asequibles a su grupo de clase[R7] . Yo también protesto por el bajo nivel con el que me llegan mis alumnos, pero protestar no sirve de nada, tienes los alumnos que tienes, y con ellos no hay más que una alternativa: o los enganchas en el deseo de saber, o los vas dejando tirados conforme avanzas en tus explicaciones. Hay quien, en salvaguarda del nivel de enseñanza, adopta la segunda opción; pero a mí siempre me ha parecido el reconocimiento implícito de un fracaso; quizás porque, como dije antes, hace tiempo que descubrí que en cualquier asignatura, lo único importante es ser maestro de humanidad.

El orgullo de ser profesor[R8]

Y ahora, ya, el tiempo corre en mi contra. No espero nada nuevo del futuro: he hecho lo que quería hacer, y estoy donde quería estar. Es posible que mucha gente piense que ser profesor no es algo socialmente relevante, pues nuestra sociedad sólo valora el poder y el dinero; pero a mí me queda el desafío del saber y la pasión por comunicarlo. Me siento heredero de treinta siglos de cultura, y responsable de que mis alumnos asimilen nuestros mejores logros y extraigan consecuencias de nuestros peores fracasos. Y, junto a mí, veo a un nutrido grupo de colegas, en las zonas rurales más apartadas y en los barrios más conflictivos, orgullosos de ser profesores, trabajando día a día por mantener en nuestra sociedad los valores de la cultura y el progreso... entre ellos hay valiosos maestros de humanidad: hombres y mujeres empeñados en enseñar a sus alumnos a enfrentarse consigo mismos desde el preescolar hasta la Universidad.

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MIGUEL DE UNAMUNO (1864-1936)

Escritor, filósofo, humanista. Rector de la Universidad de Salamanca. Autor de una extensa obra literaria en la que destacan sus ensayos, en los que analiza la realidad social con una visión crítica y con una fuerte implicación personal. Se le considera uno de los mejores representantes de la Generación del 98. Su enfrentamiento a la dictadura de Primo de Rivera le llevó al destierro.

FRANCISCO GINER DE LOS RIOS (1839-1915)

Catedrático de derecho de la Universidad de Madrid. En 1876 renuncia a su puesto en defensa de la libertad de cátedra y funda la Institución Libre de Enseñanza, la institución educativa más innovadora en la España de finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Su Residencia de Estudiantes es el centro clave de reunión y de formación de los mejores intelectuales y artistas españoles del siglo XX.


[R1]Cuando no se encuentra significado a la labor docente esta se vuelve tediosa e intolerante, tengo compañeros que el ir a clase representa un verdadero suplicio inclusive catalogan al dia en que mas tienen clases como el día ¨negro¨ caso contrario son los que indican que ese día es el mas divertido.

[R2]El error mas común al estar en clase es creer que el alumno automáticamente se va a interesar en el tema, solo porque para nosotros los docentes si lo es. Es por ello la importancia de crear la curiosidad, el deseo y las ganas de conocer del tema y ahondar cada vez mas en el, tal y como lo señala el autor. Tarea nada sencilla pero no imposible.

[R3]Renovarse o morir!! Renovarte académicamente en especialidades como esta, en tu forma de conducir la clase, en el trato con tus alumnos, en tu manera de pensar… ¨ Pensar y sentir y hacer pensar y sentir¨

[R4]Choque brutal el día que te das cuenta que no eres el profesor ideal que creías representabas para tus alumnos, el día que te tienen la confianza de decirte tus verdades, el día que te das cuenta de la realidad, eres profesionista de la carrera que escogiste en tu nivel universitario y que tu quehacer docente deja mucho que desear; ese día tienes dos opciones: caer en el abismo de las lamentaciones y quedarte ahí por siempre, o ser proactivo aprender de tus errores y supéralos.

[R5]Debemos estar atentos en las señales que nos dan los alumnos ,conocerlos mas allá del trato en clase para ponernos en los zapatos de ellos y empatizar. Las señales son muy variadas y nosotros no siempre estamos listos para descifrarlas o si lo hacemos no sabemos en que forma reaccionar.

[R6]La disciplina en los grupos se basa el la confianza y respeto mutuo, se deben negociar las reglas, consensuarlas con todos los alumnos y como lo cita el autor no hay nada mejor que la negociación, si se tiene problema con alguno o algunos muchachos, lo mejor es tratarlo de manera particular y llegar a un arreglo que beneficie a las partes.

[R7]Es una de las tareas mas difíciles del quehacer docente y mas en nuestros grupos que llegan a ser de 50 personas o mas, encontrar ese equilibrio donde los que saben no se aburran y los que menos conocen lleguen al saber es complicado pero necesario para el desarrollo integral del salón de clase.

[R8]No hay nada mas gratificante que nuestra labor, incomprendida por unos, relegada por otros pero con alto grado de satisfacción al ver a nuestros alumnos como hombres y mujeres de bien y que saben reconocerte como alguien importante en sus vidas.